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En un mundo donde cada día surgen nuevas tecnologías para cuidar nuestros vehículos, uno pensaría que lo último que vería en un aparcamiento sería un coche con varios palos alrededor. No se trata de una instalación artística ni de una escena de una película apocalíptica, sino de una medida de protección bastante práctica que, aunque rudimentaria, está dando mucho de qué hablar.
Lejos de ser una excentricidad, ésta curiosa forma de proteger los coches responde a un problema real que enfrentan muchos conductores en zonas boscosas y parques naturales de América del Norte: los ataques de los animales salvajes, en especial los puercoespines. Aunque a simple vista pueda parecer una exageración, este método está evitando daños costosos en vehículos aparcados cerca de áreas naturales, y quienes lo ponen en práctica aseguran que funciona tan bien que ya no pueden dejar su coche sin esta solución improvisada.
¿De qué sirve poner palos alrededor del coche?
En parques naturales de Canadá y algunas zonas del norte de Estados Unidos, los ataques de los puercoespines a los automóviles son cada vez más frecuentes. Estos animales, que a menudo se asocian con su apariencia tierna y sus espinas defensivas, se han convertido en una pesadilla para quienes aparcan sus coches en estas zonas.
A diferencia de lo que muchos creen, los puercoespines no lanzan sus púas como si fueran proyectiles. En realidad, lo que hacen es erizarlas cuando se sienten amenazados, lo que puede causar serios daños si un coche los atropella o simplemente si el animal se acerca demasiado al vehículo. Sus púas, que pueden llegar a medir más de 30 centímetros, se incrustan fácilmente en neumáticos y partes plásticas, pero eso no es todo.
Los puercoespines sienten una extraña atracción por los materiales salados o impregnados con ciertos productos químicos, y eso incluye el cableado de los coches. Muchos vehículos tienen residuos de sal por debajo del chasis, especialmente durante el invierno, cuando se esparce sal para derretir el hielo. Esto convierte al cableado en un verdadero manjar para estos animales.
La idea de rodear los vehículos con estructuras improvisadas de madera y malla metálica nació como una necesidad en zonas donde los ataques de animales eran constantes. Aunque parezca una medida un tanto arcaica, lo cierto es que es muy eficaz. Al colocar una barrera física entre el coche y el animal, se reduce casi por completo el riesgo de que el puercoespín se acerque.
Uno de los lugares donde se ha vuelto una práctica habitual es el Bugaboo Provincial Park, en la Columbia Británica, Canadá. Visitantes de este parque comparten en redes sociales imágenes y vídeos de sus coches rodeados por estructuras que, a simple vista, parecen absurdas, pero que en realidad representan un escudo muy útil. También se ha documentado el uso de esta técnica en otras áreas protegidas, como el Parque Nacional de Banff o en senderos de las Montañas Rocosas.
Una de las grandes ventajas de este método es su bajo coste. Mientras que los sistemas de protección electrónica pueden valer cientos de dólares, una simple malla metálica y unos cuantos listones de madera se pueden comprar por muy poco dinero. Incluso hay quienes improvisan con materiales que ya tienen en casa, como redes de jardín, rejas viejas o estacas recicladas.
Y no se necesita ser un manitas para montarlo. En apenas cinco o diez minutos se pueden colocar los palos alrededor del coche, asegurando la malla con la madera para que quede firme. Después de eso, los conductores pueden disfrutar de su caminata o acampada sin preocuparse de que un animal curioso destroce su vehículo.
Si bien los puercoespines son los principales protagonistas de este fenómeno, no son los únicos animales que representan un riesgo para los coches en entornos naturales. Algunos visitantes de parques han reportado problemas con mapaches, ardillas y hasta alces. En ciertas épocas del año, por ejemplo, los alces se pueden frotar contra los coches, especialmente si huelen ciertos aromas fuertes como perfumes, desodorantes o incluso productos de limpieza.
Lo que comenzó como una curiosidad aislada se está transformando en una práctica habitual entre los amantes de la naturaleza. Incluso hay foros de excursionistas y grupos en redes sociales que comparten consejos sobre cómo proteger el coche con estos métodos caseros. Algunos van más allá y diseñan estructuras plegables o reutilizables para que el montaje sea más fácil y rápido.
Es probable que, con el paso del tiempo, esta estrategia se adapte y mejore, pero su esencia seguirá siendo la misma: proteger el vehículo con lo que se tenga a mano, sin necesidad de gastar una fortuna ni depender de la tecnología más avanzada. Así, un poco de alambre y unos palos de madera se convierten en la barrera perfecta entre tu coche y los inesperados mordiscos de los puercoespines y otros animales salvajes.